jueves, 25 de febrero de 2010

Guerrero sordo.

Encontré rebuscando entre mis viejas actualizaciones este poema escrito por mí, ojalá os guste si lo leeis claro.
Más bien, es un relato con cierta rima, me ha emocionado, hacía mucho que no releía mis textos, ¡qué recuerdos!

Cuentan las viejas crónicas de antaño una historia como nunca se había oído.
Guerrero sin armadura, sin escudo además de sordo.
No lamentándose jamás de su sordera, recorría día a día lugares pintorescos, hallaba días en los cuales sus ojos sólo atisbaban anocheceres.
¿Cuáles eran sus quehaceres?
Observar la más pequeña flor con sutileza, hasta llegar al castillo más lúgubre.
Se comentó a sí mismo un día:
-Cierto lugubre es, pero no me negareis que si quitasemos nuestros miedos más ridículos serviría de hogar a varios hombres.
De joven, como muchas personas llamadas también inútiles, le fue negada la ayuda.
Llorar no le servía, de nuevo se volvió a comentar
¿Para qué me sirve la cara húmeda?
Así pues decidió convertir sus desventaja en una ventaja, ¿Cómo?, pensad queridos lectores.
La mirada propia y la de los demás no engañan, para bien o para mal es la verdad.
Decidió entonces cambiar su filosofía.
No oigo voces, ni de dulces damas ni bravos caballeros, entonces me imaginaré que cada persona que vea me transmite apoyo verdadero.
Será una mentira pero...¿Qué tiene de malo pensar que el mundo me quiere?, peor pensamiento sería si pensase que todo el mundo me aborrece.
Recorrió varias ciudades, pero un día fue capturado.
¿Nuestro protagonista capturado?, tranquilos sólo es la primera parte.
En un coliseo antiguo romano despertó, algo traspuesto claro está, lo primero que vió miles de presentes sentados esperando una gran pelea.
Se oyen sólo apuestas en contra de nuestro protagonista.
El Sordo vislumbró a su rival, ancho de espaldas y además con habilidad, pero el sordo tenía algo especial.
Fueron los primeros golpes contra el sordo, ¡qué manera de caer!, aun así mantenía una gran sonrisa.
El público aclamaba a voces al guerrero, pidiendo que le matara de una vez por todas,
¡Qué ganas de ver sangre derramada!,en fin que prisas.
-Noble es esta gente, no me conocen y me apoyan, hay que seguir intentándolo-se levantó animado por sus "seguidores" sufría mucho por los golpes recibidos, primer intento de puñetazo fallido.
Él público abucheó al sordo, él en cambio se animó aún más, comenzó a golpear con velocidad, el rival no sabía que hacer pues comenzaba a escuchar al publico dividirse.
¿Qué pasaba no sabía luchar el rival sino había unanimidad?
Tras lograr derribarle, el sordo le ofreció su mano:
Gracias por el halago, se nota que entrenais con fuerza y no está siendo en vano.
El rival estaba confudido le acababa de pegar y él le ayudaba.
Así pues le dejaron partir, nuestro sordo retomó su camino pensando que aún quedaban mucha gente que le encantaría conocer.

Así pues termina la historia, ¡Qué más da lo que sienta y vea!
lo más importante es lo bueno que nos rodea.

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