Yo también quiero una cara bonita.

Después de pegarme la paliza de vender bombones a domicilio, es cierto me lo pasé bien, pero realmente acabas harto de vender.

En mi clase casi todos hemos colaborado, exceptuando varias personas.
Bien una de ellas es el guapito y pasota de clase (buena mezcla, sí señor), pues bien ninguna de las veces que quedamos para vender vino, porque prefería hacer cosas más interesantes.
Él pensaba que los bombones se podían devolver y que el haría el viaje gratis.
Debió sentirse fenomenal al saber que los bombones no se podían devolver, y que el tesorero del instituto se ha largado con el dinero, menos mal que el de los bombones está intacto.

Pues bien la chica que dirige el dinero de los bombones le estuvo hablando ayer, yo la verdad esperaba una bronca porque el tío no ha abierto ni las cajas, pero no, nada ocurrió ni se oyó, bueno sí risas y que lo pasan bien.

Entonces hoy le digo a la chica esta: -Vaya que poca bronca veo aquí, todos se lo toman a risa, rápidamente me contesta:-Es que echar la bronca no sirve.

Genial, yo también quiero librarme de las broncas por tener una cara bonita.
En fin ahora viene lo más gracioso, el chico este me ha pedido que me quede yo con sus bombones y que los venda, porque a mí se me da bien (Lo reconozco, sí, yo he ayudado a todos los demás a vender, pero eran mis amigos).

Y como siempre mi respuesta ha sido: Vale, dámelos.

Tanta bondad al final me va a salir caro, a ver como vendo yo ahora unos bombones en fechas no navideñas.

-¿Quereis un bombón?, yo me ofrezco para venderoslo.

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